Originalmente poblado por pigmeos y bosquimanos, en el siglo XVI, el territorio del actual Congo fue sede de los Reinos Bantúes de Luango y Kacongo, vinculados al poder hegemónico del Manicongo. La región escapó a las tentativas portuguesas de colonización y esos estados, seguidos luego por el Reino Bateke de Anzico, participaron durante tres siglos en el tráfico de esclavos, como intermediarios y abastecedores de los ingleses y franceses.

Hacia fines del siglo XIX, el comercio de esclavos fue sustituido por el del caucho y el aceite de palma y con él, la instauración del colonialismo francés.

En 1880 fuerzas francesas al mando de Savorgnan de Brazza iniciaron la colonización del país, que se realizó a sangre y fuego, exterminando a dos tercios de la población local en el primer cuarto del siglo XX, pero también surgieron movimientos anticoloniales, expresados en forma semirreligiosa en torno al liderazgo de Matswa.

Al iniciar la descolonización, los franceses promovieron la figura del fraile Fulbert Youlou, quien a la cabeza de su Unión Democrática para la Defensa de los Intereses Africanos se convirtió en 1960 en el primer presidente del Congo independiente. El creciente movimiento de masas nunca aceptó su política neocolonialista y la protesta contra la corrupción y la represión a las actividades sindicales estalló en una insurrección popular en los «tres días gloriosos» (13 al 15 de agosto) de 1963.

Youlou renunció y asumió el poder Alphonse Massemba Débat, quien se proclamó socialista y forzó la retirada de las tropas francesas estacionadas en el país. Se creó un partido único, el Movimiento Nacional Revolucionario.

La crisis provocada por la coexistencia de esta fuerza y un ejército neocolonial armado por los franceses llevó a la renuncia de Massemba Débat, el 1º de enero de 1969, y su sustitución por el mayor Marien N’Gouabi, representante del ala izquierdista del ejército.

La vida política se reorganizó y fue creado el Partido Congoleño del Trabajo (PCT), de definición marxista-leninista. En 1973 se promulgó una nueva Constitución, que proclamó la República Popular.

En diciembre de 1975 N’Gouabi realizó una profunda autocrítica pública y convocó a «radicalizar la Revolución», iniciando un proceso de revisión de las estructuras partidarias, el aparato estatal y las organizaciones populares. N’Gouabi puso en marcha una reforma educativa y modificó la estructura del Estado.

El 18 de marzo de 1977 N’Gouabi fue asesinado por un grupo conspirador orientado por el ex presidente Massemba Débat. Los complotados no lograron tomar el poder y Massemba Débat fue ejecutado.

El nuevo presidente, coronel Joachim Yombi Opango, se apartó de la línea de austeridad anterior. Acusado de corrupción y abuso de autoridad, debió renunciar el 6 de febrero de 1979. Lo sustituyó Denis Sassou N’Guesso.

Este lanzó una campaña de moralización del sector público, una renovación administrativa y ministerial y una política exterior pragmática. Mantuvo relaciones económicas con el Este europeo y con Estados Unidos y Francia. Tuvo participación preponderante en las negociaciones entre Angola, Sudáfrica y Cuba y en el acuerdo firmado en Brazzaville, en 1988, que abrió las vías a la independencia de Namibia.

La caída del socialismo precipitó los cambios políticos y sociales. En diciembre de 1990, el país adoptó el multipartidismo. En julio de 1991 André Milongo asumió el cargo de primer ministro.

La nueva realidad provocó enfrentamientos en las calles y la formación de un gobierno de transición con participación de las Fuerzas Armadas. En las elecciones de agosto de 1992, Pascal Lissouba sucedió a N'Guesso.

En las legislativas de mayo de 1993, el oficialismo conquistó 62 bancas, contra 49 de la coalición opositora que denunció un supuesto fraude, lo que generó nuevos choques entre manifestantes y militares. Lissouba nombró primer ministro a Jacques Yhombi-Opango. La oposición formó un gobierno paralelo dirigido por Bernard Kolelas mientras continuaban los disturbios.

Un acuerdo a mediados de marzo de 1994 marcó el inicio de un período de paz. La elección de Kolelas como alcalde de Brazzaville calmó aun más los ánimos, permitiendo una ceremonia pública de reconciliación nacional.

Ese mismo año, Lissouba aceptó el plan de ajuste estructural del FMI. Ante la amenaza de la competencia de varias trasnacionales del petróleo, la petrolífera estatal francesa Elf aumentó de 17% a 31% el porcentaje de las ganancias a reinvertir en el país.

Cuando el gobierno pretendió arrestar a Sassou N’Guesso, en junio de 1997, estalló la guerra civil. Para noviembre, N’Guesso había triunfado, con ayuda de tropas angoleñas, tomó el poder y se aprestó a combatir a las milicias «ninjas», dirigidas por Kolelas.

En noviembre de 1999 se firmó un acuerdo de paz por el cual N’Guesso liberó prisioneros y miles de rebeldes entregaron sus armas. En febrero de 2000 Kolelas ratificó su reconocimiento a N’Guesso como presidente.

Las primeras elecciones luego de la guerra tuvieron lugar en febrero de 2002. Ganó N'Guesso con el 74.7% de los votos. Si bien los comicios se desarrollaron en calma, los principales candidatos de la oposición estaban en el exilio o se retiraron a último momento. Poco después de los comicios, el gobierno denunció ataques de rebeldes «ninjas» a posiciones militares en la región de Pool. En abril el conflicto se extendió y en junio los ataques llegaron a la capital.

En marzo de 2003 el gobierno logró un nuevo acuerdo para restaurar la paz y 2.300 rebeldes depusieron voluntariamente las armas. El 30 de agosto, la Asamblea General aprobó por unanimidad una amnistía para los rebeldes. Sin embargo, la ONG Observatorio Congolés de los Derechos Humanos calificó dicha amnistía de «selectiva» y estimó que podría ser contraproducente para el proceso de paz, al no incluir a todos los protagonistas del conflicto, especialmente a Lissouba, Opango y Kolelas, quienes permanecían exiliados.

En 2003-2004, la ONU continuó desarrollando planes de ayuda extensivos, focalizados en la asistencia de emergencia a la población desplazada por el conflicto, asistencia y control de la epidemia de VIH/SIDA y reducción de la pobreza.

La agencia estadounidense Energy Information Administration (EIA) anunció, a mediados de 2004, que la crisis petrolera producida por la reducción de las inversiones –comenzada en 2000, a raíz de las guerras civiles de los años 1990 y el consecuente caos político– estaba llegando a su fin. Desde ese momento, se esperaba un resurgimiento de la industria y el acondicionamiento de plantas en los yacimientos de Libondo, Tchibeli, Litanzi y Yanga-Sud. Los enormes daños producidos al resto de las industrias durante los conflictos aumentó la dependencia del país respecto al petróleo.

En octubre de 2005, tras ocho años de exilio, Kolelas regresó al país para asistir al entierro de su esposa. El ex primer ministro, que había sido condenado a muerte por cargos de crímenes de guerra, resultó amnistiado en noviembre.

En enero de 2006, Congo fue elegido para presidir la Unión Africana.

El movimiento guerrillero Comité nacional para la Resistencia, protagonista en varias guerras civiles entre 1998 y 2002, decidió integrarse a la política electoral con el nombre de Consejo Nacional Republicano. Frédéric Bintsangou, líder del nuevo partido, declaró que apoyaría los planes de desarme en todo el país.