Cazadores y recolectores ocuparon Guinea –situada en el oeste del continente africano, sobre el océano Atlántico–, hace 30 mil años. Más de mil años atrás, las villas de los pueblos baga, koniagi (coniagui), y nalu (nalou) fueron usurpadas por malinkés (maninka) y susus. Los poblados de la alta Guinea fueron incorporados a Malí desde la mitad del siglo XIII y, entre los siglos XVI y XIX, los fulbe (fulani, ver historia de Camerún), dominaron Fouta Djallon, en cuyas laderas se hallaban las minas de oro de Bambuk, que alimentaron durante siglos la economía mediterránea.
Samori Touré (1840-1900; líder mandinga, reformador y militar musulmán), fundó en 1868 un poderoso imperio que incluyó Guinea y vastas regiones de los actuales Malí y Côte d'Ivoire. En 1886, Samori enfrentó a tropas francesas que avanzaban desde Senegal. El Almani (título político-religioso que adoptó en 1870) luchó contra la colonización hasta 1898; luego fue desterrado a Gabón donde murió. Ahmed Sekou Touré (malinká, de familia humilde e inculta, que se autoproclamaba nieto de Samori) fundó en 1947 el Partido Democrático de Guinea (PDG), de gran arraigo en el pueblo guineano.
Mientras se derrumbaba el colonialismo francés (pérdida de Indochina, 1954; Túnez y Marruecos, 1956; Revolución Argelina, 1954), Charles De Gaulle, para salvar sus intereses en el África subsahariana, creó en 1958 la Comunidad Francesa. Trató de implantar el neocolonialismo, a fin de garantizar que los grandes monopolios permanecieran en manos de la hegemonía francesa. En el referéndum de 1958 sobre la constitución de la Quinta República Francesa, Guinea votó en contra de la Comunidad defendida por De Gaulle. El 2 de octubre de 1958 se proclamó la independencia y Sekou Touré se convirtió en el primer presidente de Guinea. En represalia, París retiró sus cuadros técnicos, desactivó la escasa industria y bloqueó el comercio guineano.
En 1959, el Estado tomó las riendas de la economía y creó su propia moneda. La industria y la agricultura se diversificaron para lograr autosuficiencia y la producción de bauxita superó el millón de toneladas anuales. Las agresiones francesas continuaron: se bloquearon las cuentas bancarias en París, y se fomentó el contrabando y la introducción de moneda falsa.
En 1970, mercenarios portugueses invadieron el país, en un intento de derrocar el gobierno y aniquilar las bases del Partido Africano de la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGC), que luchaba por independizar la Guinea portuguesa. En respuesta a las campañas desestabilizadoras y para luchar contra la corrupción, el derroche y el contrabando, se crearon en barrios y aldeas, los Poderes Revolucionarios Locales (PRL).
En 1978, el Congreso cambió el nombre oficial por República Popular y Revolucionaria de Guinea, y normalizó las relaciones con Francia. Sekou, tras un largo período de aislamiento, visitó capitales africanas y árabes con el fin de diversificar la explotación mineral y atraer inversiones que ayudaran a sobrellevar la deuda externa. Empresas francesas explotaron los yacimientos ferríferos de Monte Nimba, el petróleo y la bauxita (de la que Guinea se convirtió en el segundo productor mundial).
En 1984, Sekou murió en EEUU, donde era asistido por una vieja dolencia. Inmediatamente, el coronel Lansana Conté dio un golpe militar y derrocó a Louis Beauvoguii. Conté abolió el «partido-estado», la constitución, las organizaciones sindicales y la Asamblea; ilegalizó el PDG y eliminó «Popular» y «Revolucionaria», del nombre del país. Conté apoyó al sector privado, eliminó empresas para-estatales y solicitó apoyo a Francia, EEUU y a los estados africanos, para revitalizar la economía. Con una deuda de 800 millones de dólares, se devaluó el syli en un 100% (moneda nacional) y se redujo el gasto público, condición previa al ingreso del franco francés.
En 1984, Conté redujo el gabinete y tomó personalmente los cargos de Jefe de Estado, primer ministro y Ministro de Defensa. Privilegió el cultivo de arroz y empresas comerciales, industriales y agropecuarias, dentro de un programa de recuperación económica. Aún así, no alcanzó la autosuficiencia alimentaria. También redujo el gasto público, mediante la sustitución en masa de empleados estatales. Creció el descontento militar por los bajos salarios, se triplicaron los precios al consumo y varias manifestaciones forzaron al gobierno a bajar el precio de los artículos de primera necesidad y alquileres.
En 1992, 650 mil refugiados cruzaron la frontera desde Sierra Leona y Liberia y se establecieron en precarios campamentos. El gobierno aumentó en las fronteras las tropas de paz de la Comunidad Económica de Estados del África Occidental, para evitar la llegada de nuevos refugiados.
Ese año se aprobó el multipartidismo; el líder Alpha Condé regresó del exilio y formó el Foro Nacional Democrático, con 30 grupos opositores. La tensión y las persecuciones políticas continuaron. Lansana Conté fue reelecto en las presidenciales de 1993 con menos de 51% de los votos. Condé lo acusó de golpista y hubo serios enfrentamientos entre policía y opositores. En 1994 decenas de personas murieron en disturbios en la frontera con Liberia. En 1995, los partidos oficialistas obtuvieron 76 bancas de 114, en las elecciones parlamentarias. El Club de París condonó, debido a mejoras en el PBI, 85 millones de dólares de la deuda de Guinea.
En 1996, un sector del ejército, disconforme con los bajos salarios intentó derrocar al gobierno. La rebelión –que tomó el centro de Conakry y bombardeó el palacio presidencial– fue sofocada. Funcionarios de gobierno acusados de propiciar la revuelta fueron enviados a prisión. Ese año, el economista Sidia Touré fue nombrado primer ministro y anunció que su prioridad era reactivar la economía. En 1996, el Ministerio de Asuntos Sociales, Promoción de la Mujer y la Infancia planificó la Estrategia Nacional de Promoción Femenina (el gobierno había asumido compromisos en la cumbre de El Cairo de 1994, en planificación familiar). La política sanitaria puso énfasis en la salud reproductiva, a través de la educación de madres y niños.
Ahmed Tejan Kabbah, presidente de Sierra Leona desplazado del poder en 1997, huyó a Guinea; la inestabilidad política hizo que miles de personas se refugiaran en el país. En 1998 organizaciones humanitarias enviaron alimentos al noroeste del país debido a que una sequía prolongada dejó decenas de muertos. Ese año, Sierra Leona y Liberia firmaron un pacto de no agresión en Conakry, con mediación del estadounidense Jesse Jackson, enviado por el presidente Bill Clinton. Ambos países se habían acusado recíprocamente de cobijar y ayudar a grupos rebeldes. En las presidenciales de 1998, Conté fue reelecto y la oposición denunció graves irregularidades. Condé fue enviado a prisión.
El crecimiento económico de los últimos años permitió alentar objetivos gubernamentales establecidos en el documento Guinea visión 2010, de 1999, que priorizaba estrategias de reducción de la pobreza y el desarrollo de áreas como educación y salud. En 2001, en Accra (capital de Ghana), se celebró un encuentro de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental (ECOWAS): Ghana, Guinea, Nigeria, Sierra Leona, Gambia y Liberia acordaron establecer una moneda común para 2003.
Guinea, Sierra Leona y Liberia pautaron, en 2002, medidas de seguridad en sus fronteras, en previsión de futuras insurgencias rebeldes. La región había sido arrasada por conflictos internos en las dos décadas anteriores, con un desastroso impacto sobre el desarrollo humano.
El 21 de diciembre de 2003, día de las elecciones presidenciales, el gobierno permitió circular sólo a vehículos diplomáticos o con permisos especiales y cerró las fronteras y el aeropuerto los días previos. El clima electoral estuvo marcado por el fracaso del diálogo constructivo entre el gobierno y los líderes opositores, que boicotearon la instancia por la falta de justicia y transparencia de los procedimientos. Previo a los comicios, fueron arrestados líderes y oficiales del ejército contrarios al gobierno. Conté, finalmente, resultó electo presidente por tercera vez.
Lounseny Fall fue nombrado primer ministro en febrero de 2004, pero renunció a su cargo en abril, mientras visitaba Estados Unidos. Según declaró, la decisión se debió a que Conté no le otorgó la suficiente capacidad de maniobra para salvar la economía del país. En noviembre, el gobierno firmó un acuerdo con una compañía japonesa para construir una refinería de aluminio en la ciudad minera de Sangaredi, en el noreste del país. La obra, que costaría dos mil millones de dólares, se convertiría en el complejo minero de bauxita más grande del mundo y en el mayor proyecto realizado en África occidental.
Un atentado contra el presidente Conté, en enero de 2005 en Conakry, culminó sin consecuencias porque los atacantes fallaron los disparos contra el convoy que transportaba al jefe de estado. Las investigaciones no arrojaron resultados acerca de la identidad de los responsables.
Miles de seguidores de Alpha Condé recibieron al político a su regreso del exilio en Francia, en julio de 2005.
Tras semanas de huelgas de trabajadores, que estuvieron marcadas por la muerte de manifestantes en enfrentamientos con las fuerzas del orden, en marzo de 2007 Conté nombró al experimentado diplomático de carrera y antiguo secretario ejecutivo de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), Lansana Kouyate, como primer ministro. Kouyate, quien contaba con la aprobación de los grupos sindicales y de la sociedad civil, en su discurso inaugural realizó un llamado en favor de la paz, la reconciliación y la unión en la construcción de la nación