El territorio del actual Principado de Liechtenstein estuvo habitado desde el Neolítico. En el año 800 a.C. se establecieron los réticos, que permanecieron hasta la llegada de los romanos en el año 15 a.C. Una vía romana cruzaba el país de norte a sur mientras las fortificaciones de Schaan la protegían contra las incursiones alemanas.

En el siglo IV d.C., San Lucio introdujo el cristianismo en la provincia rética. La posterior invasión de los alemanes del norte eliminó a los romanos. Más tarde, la región pasó a manos de los ducados germanos, como parte del Condado de Retia Inferior, resultando las dos señorías de Vaduz y Schellenberg.

Los Condes de Werdenberg-Vaduz, los Barones de Brandis, los Condes de Sulz y los Condes de Hohenems gobernaron las señorías. El príncipe Johann Adam de Liechtenstein, fundador del actual principado, compró en 1699 la señoría de Schellenberg y en 1712 el condado de Vaduz, obteniendo, por la herencia de estas señorías de los germanos, puesto y voto en el Consejo de Príncipes del Imperio.

Sin embargo, la verdadera fecha de nacimiento del Principado de Liechtenstein es el 23 de enero de 1719, cuando el emperador Carlos VI de Alemania convirtió en «Principado del Imperio» las dos señorías para su servidor Anton Florian de Liechtenstein.

En 1806, Napoleón incluyó el principado en la Confederación Renana, una liga de 16 estados pertenecientes al Imperio Alemán a los que garantizó la independencia estatal mientras éstos lo reconocían como protector. Así, Liechtenstein adquirió su soberanía.

En el Congreso de Viena de 1815, ingresó en la Confederación Germánica hasta que su disolución, en 1866, rompió sus últimos vínculos jurídicos con Alemania. Liechtenstein carece, desde 1868, de fuerza militar. Entre 1852 y 1918 (fin de la Primera Guerra Mundial) existió un convenio aduanero con el Imperio Austro-Húngaro.

Desde el Reinado de Johann (1858-1929) en adelante, Liechtenstein experimentó una gran prosperidad. La primera Constitución de 1862 puso en marcha la modernización del país. La segunda, demócrata-liberal de 1921, continúa vigente. Bajo el gobierno de Johann, Liechteinstein se orientó hacia Suiza, con un acuerdo aduanero en 1923 y, desde 1924, estableciendo el franco suizo como moneda legal.

En 1938, ascendió al trono el príncipe Francisco José II y se convirtió en el primer monarca en vivir permanentemente en el principado.

Liechtenstein, único principado independiente del viejo Imperio Austrohúngaro, empezó a integrarse con el resto del continente y el mundo años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

En 1950 pasó a ser miembro de la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

El país se integró al Consejo de Europa en 1975.

El príncipe Francisco José II falleció el 13 de noviembre de 1989, tras 51 años de reinado. Lo sucedió su hijo mayor, Hans-Adam II.

Liechteinstein se unió a las Naciones Unidas en 1990, a la Asociación de Libre Comercio de Europa (EFTA) en 1991 y al Espacio Económico Europeo en 1995.

Tras revelarse en 2000 un informe reservado de los servicios secretos alemanes (BND) que señalaba a Liechtenstein como el más importante centro de lavado de dinero en Europa y uno de los más importantes del mundo, el Grupo de Acción Financiera Internacional sobre Blanqueo de Dinero (GAFI) incluyó al principado en una lista de paraísos para operaciones ilegales de dinero.

La sanción de una nueva legislación fiscal le permitió salir de la lista negra de GAFI en 2001. Igual recibió en los primeros siete meses 107 solicitudes de cooperación judicial en materia de delincuencia económica o financiera, de acuerdo a la nueva legislación de ayuda judicial internacional. La justicia del principado cumplió, por primera vez, una sentencia judicial procedente del comercio ilegal de drogas.

Pese a las nuevas normas, sus vecinos y las organizaciones internacionales presionaron para que se modificara más la legislación que, según éstos, permitía aún el blanqueo de dinero y la evasión fiscal. Los banqueros –entre ellos el propio príncipe, titular del LGT Bank, el mayor de Liechtenstein– argumentaron que una reforma mayor pondría en peligro gran parte de los 70.300 millones de dólares que se gestionaban en el principado.

Un referéndum, realizado en marzo de 2003, otorgó nuevos poderes políticos al Príncipe Hans-Adam II.

Hans-Adam II transfirió, en agosto de 2004, el poder al príncipe Alois. Adam II, según lo previsto, continuó ejerciendo como jefe de Estado.

Al año siguiente, el Consejo de Europa criticó a Liechtenstein por las enmiendas constitucionales que incrementaron los poderes de la familia real. Las mismas otorgaron el veto a nuevas leyes y el poder de dimitir a gobernantes por la sola voluntad del monarca. Alois –quien apoyó a su padre en esas instancias constitucionales– declaró que Liechtenstein podría abandonar el Consejo de Europa si éste pretendiera monitorear la democracia en su país.

En las parlamentarias de marzo de 2005, el ganador por buen margen fue el Partido de los Ciudadanos Progresistas (FBP), que conquistó el 48,7% de los votos, seguido por la Unión Patriótica (VU) con el 38,2 %. Los ecologistas de la Lista Libre (FL) alcanzaron el 13%.

En noviembre de 2005 se realizó un referéndum sobre la legalización del aborto y la eutanasia. El No a la legalización ganó con 81,3% de los votos.

En marzo de 2006 la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica mantuvo al principado en la lista de países no cooperadores en materia fiscal. Liechtenstein es uno de los cinco países del Norte industrializado que permanecía en esta lista debido a sus políticas de bajos impuestos y secreto bancario, las que impedían investigar el origen de los capitales –muchas veces fruto de actividades ilegales.