Herederos de la vieja civilización de Nok, los yorubas vivían en ciudades amuralladas, con amplias avenidas. Desde el siglo IX tenían un sistema democrático de administración urbana, con un alcalde y un concejo municipal elegidos por asamblea de ciudadanos. En el arte, crearon notables terracotas y esculturas de bronce. Entre los siglos X y XI, Ifé, Oyo, Ilorín y Benín (no el actual país del mismo nombre) eran las principales ciudades-Estado de una confederación que extendió su influencia desde el río Níger al actual Togo.
La ciudad de Ifé fue, desde entonces y hasta hoy, el principal centro religioso; el Oni de esa ciudad era el sumo sacerdote de todos los yorubas, nigerianos o no.
Oyo, a través del Alafín (rey), mantuvo el poder político, reforzado a partir del siglo XVI por el tráfico de esclavos. Esto llevó a su decadencia cuando fue abolida la esclavitud.
Al norte del país, los estados haussa, constituyeron un núcleo cultural de características muy diversas. Al sudeste, los igbos eran activos comerciantes del mismo tronco que los yorubas, pero que no desarrollaron civilizaciones urbanas.
En 1914, Inglaterra unificó administrativamente todos estos pueblos, interesada en explotar el estaño y las riquezas agrícolas y forestales del lugar.
Los británicos, con su modelo de administración colonial indirecta, usaron como intermediarios a los emires musulmanes del norte, lo que dio preponderancia política a aquella zona, de población haussa y peule.
La independencia, en 1960, dio el poder al Northern People's Congress (del norte), en coalición con el National Council of Nigerian Citizen (de extracción ibo). Pero la estructura federal (cuatro estados) y el parlamento bicameral, calcado del modelo británico, daba en los hechos más poder a los gobernantes regionales que al presidente, Nnambi Azikiwe. Los partidos progresistas fueron desplazados por sucesivos fraudes electorales y los caudillos comenzaron a priorizar los intereses exclusivos de sus etnias.
El ejército pasó a ser gobierno cuando el general Yacubu Gowon asumió la presidencia en 1966. En 1967 comenzaba la explotación de petróleo en el país, al tiempo que Francia estimulaba el separatismo de los ibo. La guerra civil en Biafra, que duró desde 1967 hasta 1970, pretendía terminar en secesión pero finalmente fracasó.
Con Nigeria como octava potencia mundial entre los productores de petróleo, Gowon expropió el 55% de las empresas transnacionales, dando pie al afianzamiento de un empresariado local.
Un Consejo Militar Supremo, de tendencia nacionalista, ejerció el poder real –con diferentes presidentes– cerrando las instalaciones militares y de espionaje de Estados Unidos. Durante la presidencia de Olusegun Obasanjo se nacionalizó el Barclays y la British Petroleum, por violar el bloqueo a Sudáfrica.
En 1978, una reforma constitucional y un llamado a elecciones, prepararon el retorno de los civiles al gobierno. La Comisión Federal de Elecciones avaló a cinco partidos de proyección nacional, que representaban a la élite política y financiera tradicional, dejando fuera partidos de extracción socialista y revolucionarios, con el pretexto de evitar la atomización política. Ganó el Partido Nacional de Nigeria (PNN), con 25% de los votos; el Partido Unido de Nigeria (PUN) obtuvo el 20%.
El nuevo presidente, Shehu Shagari, lanzó un plan capitalista, basado exclusivamente en las ganancias generadas por el petróleo, con la pretensión de trasformar a Nigeria en el principal polo de desarrollo de África subsahariana. Prometió construir una nueva capital, duplicar las matrículas en la enseñanza primaria y secundaria, y lograr la autosuficiencia alimentaria por medio de una polémica «revolución verde».
Sin lograr ninguna de las propuestas, los índices económicos mostraban un panorama sombrío, con aumento del contrabando, concentración de inmigrantes y campesinos pobres en las ciudades, desempleo y reducción del nivel de vida de los asalariados. A esto se sumaban las exigencias del FMI para refinanciar la deuda externa. Igualmente, Shagari fue reelecto en 1983 con el PNN, entre denuncias de fraude y conspiraciones militares.
El 1º de enero de 1984, Muhamad Buhari dio el cuarto golpe de Estado, acusando al gobierno de corrupción en el sector petrolero, que representaba el 95% de las exportaciones. Hubo detenciones a todo nivel y se sustituyeron los gobernadores civiles por militares.
El agravamiento de la crisis, una deuda externa que alcanzó los 15.000 millones de dólares, la represión y la expulsión de 600 mil extranjeros ilegales, crearon el marco para un nuevo golpe. El 26 de agosto de 1985 el general Ibrahim Babangida fue designado presidente.
En diciembre de 1987 se realizaron elecciones para organismos estatales locales, en las que participaron 15 mil candidatos independientes. La designada Comisión Electoral Nacional (CEN), no logró una adecuada organización. La violencia, confusión y posteriores alegaciones, determinaron la anulación de los comicios.
El 7 de diciembre de 1989 el gobierno militar anunció que las elecciones (presidenciales y legislativas), previstas para fin de mes, se realizarían en diciembre de 1990. Seis meses después se levantó la prohibición de las actividades políticas, en un intento por supervisar la transición del gobierno militar a un sistema civil para 1992.
En mayo de 1990, Babangida visitó el Reino Unido, obteniendo 100 millones de dólares de ayuda para la economía de Nigeria, integrada al sistema capitalista mundial y dirigida al intercambio, principalmente, con Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
El mismo año, la creación de nueve estados para separar etnias enemigas, culminó con protestas, represión, cerca de 300 muertos y el toque de queda decretado por el gobierno.
A fines de 1991, fueron anuladas, por presuntos fraudes, las elecciones internas en los partidos para elegir candidatos a gobernador. Un nuevo censo en noviembre limpió los registros electorales, que contenían, según denuncias, 20 millones de electores «inexistentes».
El 14 de diciembre, en las elecciones para gobernador, el Partido Social Demócrata (PSD) obtuvo 16 gobernaciones (estados) y la Convención Nacional Republicana (CNR) conquistó 14. Una amnistía benefició a toda la oposición y liberó 11 conocidos disidentes y se anuló la ley que prohibía la candidatura de ex miembros de gobierno.
La prisión de 263 militantes musulmanes, a principios de 1992, originó focos de insurrección en el estado de Katsina. En ese período hubo una explosión de conflictos interétnicos: luchas entre haussas y katajs en el estado de Kaduna; litigios de tierra entre tivs y jukins en el estado de Taraba, con cinco mil muertos.
Las elecciones legislativas se realizaron en julio de 1992. El PSD logró 52 bancas en el Senado y 314 en Diputados; la CNR conquistó 37 y 275, respectivamente. La Asamblea Nacional fue inaugurada en diciembre, permitiendo al país ingresar en una etapa de transición luego de 23 años de regímenes militares.
En octubre de 1992, las elecciones primarias presidenciales, celebradas con la presencia del PSD (centro izquierda), la CNR (centro derecha) y otros 23 candidatos, fueron anuladas por el presidente Babangida, aduciendo fraude. El mandatario desautorizó a los candidatos, destituyó la dirigencia del PSD y la CNR y suspendió la actividad política, todo lo cual arrojó sombras sobre el proyectado traspaso del poder, a principios de 1993, a un gobierno civil que surgiría de los comicios.
En noviembre Babangida aplazó, hasta junio, las elecciones previstas para enero de 1993. Ratificó, además, la proscripción de todos los candidatos de 1992.
El 12 de junio de 1993 se realizaron las primeras elecciones presidenciales desde 1983. El gobierno militar suspendió el anuncio de los resultados hasta concluir una investigación sobre un supuesto fraude. La puja estuvo entre la CNR y el PSD, autorizados a presentarse con candidatos alternativos.
El 23 de junio, Babangida anuló nuevamente el resultado y acusó a los candidatos del PSD y de la CNR de «comprar sus votos». Mashood Abiola, musulmán millonario candidato del PSD y triunfador, al parecer, de las elecciones, pidió en Londres una condena internacional al régimen.
Estados Unidos y el Reino Unido suspendieron la ayuda económica, el entrenamiento a militares y congelaron las relaciones diplomáticas. La reacción externa estimuló a Abiola, que convocó a la desobediencia civil. Multitudinarias protestas estallaron en la ex capital, Lagos, donde al menos 25 personas fueron asesinadas por las tropas federales. Surgió la alianza «Campaña por la Democracia», formada por 25 grupos de oposición.
Bajo presión, el régimen fijó nuevos comicios presidenciales para el 14 de agosto de 1993 (con la exclusión explícita de Abiola y Othma Tofa de la CNR), y anunció la entrega del poder para el 27 de agosto.
Los enfrentamientos prosiguieron y el 26 de agosto de 1993 Babangida renunció a su cargo, dejando al país en manos de Ernest Shonekan, quien prometió nuevas elecciones.
Abiola regresó de Londres al mes siguiente y los sindicatos convocaron a una huelga general para exigir que se lo reconociera como presidente nigeriano. Hacia fines de 1993 el ministro de Defensa, el general Sani Abacha, derrocó a Shonekan, disolvió el parlamento y prohibió la actividad política.
Abacha, un influyente miembro del antiguo régimen militar y pieza clave del golpe que derrocó al gobierno en 1983, informó, en una de sus primeras declaraciones, que abandonaba algunas de las reformas económicas liberales de los años 1980.
Las tasas de interés bajaron y se estableció un control de cambios, al tiempo que se alejaba toda posibilidad de acuerdo con el FMI. La presión popular para la rehabilitación de Abiola prosiguió y su arresto, en junio de 1994, provocó una huelga de diez días en el sector petrolero, el más importante del país.
La ejecución de nueve miembros del Movimiento por la Supervivencia del Pueblo Ogoni, en noviembre, terminó de aislar al régimen militar. Varios países, entre ellos Estados Unidos, retiraron su embajador de Nigeria.
A partir de un registro de partidos políticos realizado por la Comisión Electoral Nacional en 1996, Abacha legalizó cinco formaciones: el Partido del Congreso Nigeriano Unido, el Comité para el Consenso Nacional, el Partido Central Nacional de Nigeria, el Partido Democrático de Nigeria y el Movimiento Democrático «Grassroots».
En abril de 1998, Abacha reemplazó las elecciones previstas para agosto por un referéndum para determinar si él mismo continuaba en el poder. Su sorpresiva muerte, el 8 de junio, provocó masivas expresiones de júbilo y generó expectativas de cambios políticos. Poco después falleció también Abiola. El general Abdulsalam Abubakar, sucesor designado por la junta militar, se comprometió a respetar la transición democrática.
En las elecciones locales de febrero de 1999 ganó el Partido Democrático Popular (PDP), del general Olusegun Obasanjo, ex gobernante militar. Se fijaron las elecciones generales para marzo de 1999, en las cuales también ganó Obasanjo. La oposición intentó apelar ante la Corte Electoral el resultado del escrutinio, pero luego desistió. Al asumir, en mayo, Obasanjo pidió tres días de ayuno buscando la intervención divina que le asegurase un buen desempeño presidencial. En los primeros días, destituyó a 30 militares y confiscó millones de dólares robados, según dijo, del erario público durante las administraciones anteriores.
En marzo de 2000 Obasanjo visitó Lagos, donde violentos enfrentamientos étnicos entre los ijaw y los ilaje terminaron con cientos de muertos. El presidente logró, estableciendo un comité de paz con los líderes, detener provisoriamente los incidentes. En junio del año siguiente, en el estado de Nasarawa, que bordea la capital, estalló la violencia étnica entre azaras y la minoría tiv tras la muerte de un líder comunitario azara. Unas 40 mil personas fueron desplazadas a causa del conflicto.
En agosto de 2001, las líneas telefónicas de Nigeria estaban siendo a tal punto interceptadas que incluso las llamadas internacionales realizadas por miembros del gabinete eran interrumpidas sin previo aviso. Las mayores compañías de telefonía celular del país, Johannesburg MTN y Wireless Econetm, prometieron una «revolución en el cableado» pero, de hecho, los frecuentes cortes de luz y la sobretensión hacían que las torres de transmisión de cada empresa requirieran sus propios generadores de energía eléctrica. Además, cada compañía debía pagarle al gobierno honorarios de licencia por un monto de 285 millones de dólares. De acuerdo al índice de Transparencia Internacional de 2001, Nigeria era el segundo país más corrupto del mundo, después de Bangladesh.
En octubre, Obasanjo, junto con los presidentes de Sudáfrica, Thabo Mbeki, y Argelia, Abdelaziz Bouteflika, realizaron el lanzamiento formal de la Nueva Sociedad Para el Desarrollo Africano (NEPAD), que llamó al resto del mundo a asociarse con el desarrollo del continente. La NEPAD comprometió a los estados africanos a instituir gobiernos claros y abiertos, respeto a los derechos humanos y a poner fin a las guerras a cambio de más ayuda exterior y un levantamiento de las barreras comerciales que obstaculizaban las exportaciones africanas.
En los años 2001 y 2002, una versión radical del código islámico Sharia, introducido en una docena de estados musulmanes de Nigeria, provocó gran controversia y protestas violentas. Lapidación, mutilación y azotes, eran algunos de los castigos incluidos en la ley. En enero de 2002 un hombre fue colgado en el estado de Katsina, en la primera ejecución desde que comenzó a aplicarse la ley islámica. En noviembre un enfrentamiento entre cristianos y musulmanes en Kaduna, en medio del Ramadán musulmán y en vísperas de la celebración en Nigeria del concurso Miss Mundo, fue consecuencia de un artículo publicado por el periódico This Day, donde se sugería que el profeta Mahoma habría podido elegir una esposa entre las concursantes. El saldo de cientos de muertos y heridos hizo que los organizadores mudaran el certamen a Londres.
Ya antes de los disturbios, muchos países habían llamado a boicotear el concurso en protesta porque una corte islámica en el norte del Nigeria había sentenciado a una mujer, Amina Lawal, a morir lapidada por haber cometido adulterio y tener un hijo fuera del matrimonio. Lawal sería liberada en febrero de 2004, luego de que la corte islámica de apelaciones sentenciara que su condena había sido inválida, ya que estaba ya embarazada cuando la sharia se implementó en su provincia natal.
En abril de 2003 Obasanjo fue reelecto presidente, en medio de una violenta jornada electoral calificada por observadores de la Unión Europea como fraudulenta y cuyo resultado fue considerado inaceptable por la oposición.
Asesinatos políticos y ataques armados diversos marcaron, en marzo de 2004, el comienzo de la campaña para las elecciones locales. En mayo se declaró estado de emergencia en Plateau State (estado situado en el centro del país) luego de violentos enfrentamientos religiosos. Anteriormente en Yelwa, un pueblo del estado de Kebbi, en el noroeste, más de 200 musulmanes habían sido asesinados en ataques realizados por milicias cristianas. En venganza, los musulmanes atacaron el estado de Kano (situado al norte del país).
En setiembre de 2004, Dokubo Asari, líder del grupo rebelde Fuerza Voluntaria del Pueblo del delta del Níger (FVPDN), quien había anunciado que desataría una «guerra en el estado nigeriano» y contra las compañías petroleras extranjeras del Delta del Níger, dijo estar dispuesto a negociar con Obasanjo el cese de la violencia en la zona. El líder rebelde exigió «el control de los recursos y la autodeterminación» para la etnia ijaw, que se encontraba sumergida en la más extrema pobreza. Asari declaró que su misión era proteger los derechos económicos y políticos de la población ijaw.
Los beneficios económicos del petróleo en la región Delta del Níger van directamente al gobierno o a las compañías extranjeras, y la mayoría de los trabajadores son extranjeros. Los vertidos de petróleo en la zona han arruinado las fuentes de sustento de un gran número de pobladores. Los programas lanzados por algunas petroleras para mejorar el medio ambiente y los estándares de vida de la población local han tenido un efecto casi nulo en el combate a la pobreza.
Ciento diecisiete personas, incluyendo la esposa del presidente, murieron en octubre de 2005 cuando un avión de la compañía Bellview Airlines, privada y nigeriana, se estrelló poco después de despegar de Lagos. Obasanjo, de inmediato, se reunió con su ministro de aviación y prometió que se implementaría una regulación más estricta. En trece años, esta era la cuarta catástrofe aérea que vivía el país.
Desde enero de 2006, en su exigencia de mayor control por la riqueza de la zona, los militantes del delta del Níger comenzaron a atacar oleoductos y otras instalaciones petroleras, así como a secuestrar a trabajadores extranjeros de esta industria. Para abril, con la ayuda de los precios récord del petróleo, Nigeria se había convertido en el primer país africano en pagar su deuda con el Club de París.
El clima previo a las elecciones presidenciales y parlamentarias de 2007 estuvo marcado por las protestas y violencia. Según la oposición existió persecución política, varios candidatos fueron detenidos antes de las elecciones, y en una serie de manifestaciones culminaron con un saldo de más de cuarenta manifestantes muertos.
Finalmente, Umaru Musa Yar'Adua, del PDP, quien era gobernador del estado norteño de Katsina, resultó electo con el 70% de los votos. Candidatos de la oposición y observadores electorales de la Unión Europea denunciaron distintos casos de fraude electoral, violencia, «votos que se esfumaron» y otras prácticas durante los comicios.