La rica prehistoria de Nepal radica principalmente en las legendarias tradiciones de los Newar, una comunidad indígena del Valle de Nepal (actual Valle de Katmandú). En el territorio se asentaron el budismo y el hinduismo brahamánico como corrientes relacionadas –aunque con divergentes sistemas de valores– y aceptadas en una síntesis que las reúne en festividades, eventos y tributos legendarios. Nepal está situado entre los dos países más poblados del mundo: India y China. Las referencias al Valle de Nepal y a las áreas montañosas más bajas en los antiguos textos indios permiten constatar que los Himalayas centrales se conectaron cultural y políticamente con la Llanura del Ganges desde al menos 2.500 años atrás. Lumbini, lugar de nacimiento de Buda Gautama en el sur de Nepal, y el Valle de Nepal, tienen un lugar prominente en las referencias budistas. Hay gran evidencia arqueológica de la influencia budista, que incluye la famosa columna inscripta por Ashoka (emperador de India, siglo III a.C.) en Lumbini y varios templos del valle.
Aunque hay vacíos, buena parte de la historia del Valle Nepal puede trazarse a través del crecimiento de la Dinastía Licchavi en el siglo IV y V d.C. Si bien la primera Dinastía Kirati reclamó para sí el estatus de la casta kshatriya (de gobernantes y guerreros) los licchavis fueron probablemente la primera familia de origen indio en gobernar el área. Esto estableció un precedente para lo que luego sería el patrón normal (reyes hindúes reclamaron origen de casta alta india, gobernando sobre una población que no era ni indo-aria ni hindú).
Las crónicas de la Dinastía Licchavi, complementadas con numerosas inscripciones en piedra, son detalladas desde el año 500 al 700 d.C. Un poderoso y unificado reino también emergió en el Tibet en ese período, y los pasos del Himalaya hacia el norte del valle fueron abiertos. Debido al desarrollo del comercio, los reclamos políticos y la amplitud cultural el valle se transformó, de un lugar relativamente remoto, en el mayor centro intelectual y comercial entre el Asia del sur y central. Los contactos de Nepal con China comenzaron a mediados del siglo VII con el intercambio de varias comitivas, pero una guerra intermitente entre el Tibet y China rompió las relaciones; si bien los contactos fueron renovados en los siglos posteriores, las relaciones continuas se restablecieron recién a fines del siglo XVIII.
El período medio en la historia de Nepal se corresponde a grosso modo con el gobierno de la Dinastía Malla (siglos X- XVIII) en el Valle Nepal y áreas linderas. Aunque la mayoría de los reyes licchavi fueron devotos hindúes, no impusieron códigos o valores sociales brahmánicos a los súbditos no hindúes. Los mallas percibían sus responsabilidades de forma diferente, sin embargo, durante su reinado (1382-1395), el gobernante malla Jaya Sthiti introdujo el primer código legal y social influido por los principios hindúes de su época. Su sucesor, Yaksa Malla –que reinó de 1429 a 1482– dividió el reino entre sus tres hijos, creando en el valle principados independientes: Katmandú, Patan y Bhaktapur (Bhagdaon). Cada estado controlaba las áreas montañosas circundantes, dando especial importancia a las rutas de comercio hacia el Tibet, (norte) e India (sur): vitales para sus economías. En las áreas montañosas del oeste y el este subsistían pequeños principados independientes gracias a un delicado equilibrio de poderes, basado en interrelaciones tradicionales y en orígenes ancestrales comunes entre las familias gobernantes.
En el siglo XVI casi todos esos principados fueron gobernados por dinastías que reivindicaban origen indio de casta alta, cuyos miembros habían dejado los montes al comienzo de las invasiones musulmanas al norte de India. En el siglo XVIII, el principado Gorkha (o Gurkha) tuvo un papel predominante en las colinas y fue incluso una amenaza para el Valle de Nepal. Los mallas, debilitados por el descontento social y económico y el disenso familiar, no fueron rival para el gran gobernante Gorkha Prithvi Narayan Shah, quien conquistó el valle en 1769 y trasladó su capital a Katmandú, sentando las bases para el moderno estado de Nepal.
Los gobernantes shah (o saha) enfrentaron persistentes problemas para centralizar un área de gran diversidad y con una mentalidad étnica y regional extrema. Las élites regionales y locales fueron absorbidas por los shaha en la administración central de Katmandú, neutralizando potenciales políticas desintegradoras y transformándolas en políticas nacionales: esto limitó a las autoridades centrales de las zonas más alejadas, pues la administración local dividía las responsabilidades entre las élites locales y la administración central.
La conquista británica de India en el siglo XIX fue una amenaza para Nepal, que careció de alternativas salvo alcanzar un acuerdo con los británicos para mantener su independencia, lo que logró el régimen de la familia Rana luego de 1860. Bajo esta alianza de facto, Katmandú reclutó unidades gurkha, muy valoradas por el ejército británico-indio, y aceptó la conducción británica en su política exterior. A cambio, los británicos garantizaron protección al régimen Rana contra enemigos domésticos y extranjeros y permitieron su autonomía interna. Nepal, por razones económicas, mantuvo relaciones amistosas con China y Tibet.
En 1947, al retirarse los británicos de India, los Ranas perdieron una fuente vital de apoyo externo y el régimen se vio expuesto a nuevos peligros. Las fuerzas anti-Rana, compuestas por residentes nepaleses en India (de un aprendizaje político en el movimiento nacionalista indio), se aliaron con la familia real nepalesa, liderada por el rey. Un acuerdo tripartito entre Nepal, India y el que el Reino Unido fue firmado en Katmandú en 1947 y las tropas gurkhas fueron utilizadas por India en su guerra contra China (1961-62), y contra Pakistán (1965-1971), mientras Reino Unido las usó en su guerra contra Argentina (1982).
En 1951, el Congreso nepalés derrocó al régimen rana con apoyo del rey Tribhuvan Bir Bikram Shah Deva. Los partidos políticos se legalizaron y una elección general se realizó en 1959, basada en la Constitución aprobada por el rey Mahendra Bir Bikran Shah Deva. En 1955, Nepal ingresó a la ONU y fue miembro activo del Movimiento de Países No Alineados desde la Conferencia de Bandunv. En 1960, fue arrestado el electo primer ministro B. P. Koirala. El parlamento fue disuelto, la Constitución fue suspendida y los partidos políticos fueron proscriptos. En 1962, se instauró el Panchayat (sistema no partidario).
En 1979, en Katmandú y otras ciudades surgieron movimientos estudiantiles de protesta; el rey Birendra Bir Birkram Shah Deva respondió con un plebiscito para elegir entre un régimen pluripartidario o el Panchayat reformado, opción que tuvo 55% de los votos. La oposición consideró el resultado fraudulento. En 1986, 75 países respaldaron la propuesta de Birendra de declarar Nepal una zona de paz. Sus vecinos, excepto India y Bhután, apoyaron la propuesta. Nepal firmó con India –su principal socio comercial– varios tratados de comercio y tránsito (desde 1950) hasta 1989 y luego ambos países vivieron una guerra comercial no declarada: Nepal se enfrentó a India por importar armamento chino, India suspendió el comercio con Nepal y cerró 19 de las 21 rutas de tránsito en 1989, afectando seriamente la economía nepalesa.
En 1990, las protestas por el Panchayat llegaron a su punto más alto. Birendra dialogó con la oposición y aceptó el pluralismo político. La transición a la democracia parlamentaria, con régimen de monarquía constitucional, se proclamó por decreto real en abril de ese año. En 1991, hubo las primeras elecciones libres, tras 32 años de gobierno semi-monárquico. El Partido Comunista de Nepal (PCN) y el Partido Nepalés del Congreso (PNCO, monárquico y oficialista), se aliaron en los comicios, además de otros grupos. Los comunistas lograron cuatro de cinco puestos en la capital, pero a nivel nacional la mayoría fue para el PNCO.
Ese mismo año, el nuevo primer ministro, Girija Prasad Koirala (PNCO), prometió implantar un régimen de economía mixta, destinar el 70% del ingreso nacional a las zonas rurales y realizar una reforma agraria; además, declaró gratuita la enseñanza primaria. En 1993, para atraer inversiones extranjeras Koirala promovió la convertibilidad de la rupia (moneda nacional) con las monedas extranjeras y firmó nuevos acuerdos comerciales con India. Sin apoyo parlamentario y por disputas internas del PNCO, Koirala renunció en 1994 y Man Mohan Adhikari fue nombrado primer ministro. En las elecciones de noviembre el PCN logró 88 escaños en la Cámara de Representantes, y 83 el PCNO. En 1995, sin mayoría política como respaldo, Mohan Adhikari dejó su cargo a Sher Bahadur Deuba, líder del PCNO. En 1996 surgieron grupos guerrilleros, autodenominados maoístas, encauzados a «erradicar el feudalismo».
En 2001, Birendra, la reina Aishwarya y otros miembros de la familia real fueron asesinados a tiros por el príncipe heredero Dipendra Bir Bikram Shah Deva, de 29 años, quien intentó quitarse la vida y quedó en estado de coma. El consejo real nombró a Dipendra rey de Nepal y al príncipe Gyanendra, hermano de Birendra, su regente. Al fallecer Dipendra fue coronado rey Gyanendra. Koirala renunció ese año, debido a la creciente violencia entre insurgentes maoístas y fuerzas de seguridad. Sher Bahadur Deuba asumió en su lugar y decretó el cese el fuego.
En conversaciones posteriores, los maoístas reclamaron la abolición de la Constitución de 1990, la formación de un gobierno interino y la elección de una Asamblea Constituyente que elaborara una nueva carta para terminar con la monarquía y crear una república. El gobierno no aceptó las demandas y la violencia aumentó. El rey declaró el estado de emergencia y catalogó a los insurgentes de «terroristas». Sin garantías constitucionales, aumentó el número de muertos, tanto civiles como rebeldes. El conflicto adquirió el grado de guerra civil.
En febrero de 2003, los rebeldes maoístas y el gobierno acordaron un alto el fuego. En agosto, tras frustrarse conversaciones de paz con el gobierno, los rebeldes dieron fin a una tregua de siete meses y llamaron a la huelga general, que derivó en un gran resurgimiento de la violencia, con choques entre estudiantes, activistas y la policía. En abril de 2004, a la huelga se sumaron las protestas de grupos opositores a que la monarquía asumiera poderes ejecutivos. Ese mismo mes, Nepal ingresó a la Organización Mundial de Comercio.
En agosto, los rebeldes bloquearon por una semana Katmandú, impidiendo el acceso de suministros. Ese mismo mes, 12 nepaleses secuestrados en Irak fueron asesinados por sus captores, lo que generó violentas protestas en la capital. En setiembre, una huelga de dos días impulsada por los rebeldes maoístas paralizó el país. Las rutas, comercios y escuelas fueron cerradas como respuesta a la huelga y las fuerzas de seguridad vigilaron las instalaciones administrativas del gobierno.
En febrero de 2005 Gyanendra destituyó al primer ministro y asumió en persona el gobierno. Esta medida cumplía con una de las demandas de los rebeldes, quienes exigían negociar directamente con el rey y no con representantes del Ejecutivo, pero fue censurada por otros países, entre ellos Estados Unidos, Francia e India. En marzo, representantes de los principales partidos acordaron exigir la convocatoria de una asamblea constituyente y derrocar a Gyanendra.
El estado de emergencia fue levantado en abril de 2005. En setiembre, los rebeldes anunciaron una tregua que se extendería hasta enero de 2006. En ese período los rebeldes y los principales partidos de oposición acordaron un programa para restaurar la democracia.
Luego de que, en abril de 2006, Gyanendra acordara la reanudación de funciones del Parlamento, la alianza opositora puso fin a varias semanas de protestas y huelgas. Koirala, fue nombrado primer ministro del gobierno interino y anunció su propósito de integrar a los maoístas al sistema político. Los rebeldes convocaron un cese al fuego de tres meses. En mayo, el Parlamento votó unánimemente la reducción de poderes políticos del rey.
En abril de 2007, cinco de los 21 ministerios del gobierno interino quedaron a cargo de representantes maoístas, entre los que había ex-guerilleros. Este gesto del gobierno tenía como propósito avanzar hacia una paz definitiva, en espera de la Asamblea Constituyente que se conformaría a fines de ese año.