SIDA en África: La pandemia es de los pobres
Del
total de personas infectadas o que han contraído el SIDA,
en el mundo entero -unas 33.4 millones de personas, según
estimaciones-, el 63% se encuentra en África.
Los
números estadísticos son escalofriantes. Los testimonios
y las imágenes aun más. El futuro de estos países,
que además enfrentan profundas crisis sociales, económicas,
políticas y militares, realmente es incierto. De acuerdo
a las últimas informaciones del Programa de Naciones
Unidas para el VIH y el SIDA (UNAIDS), unas
33.4 millones de personas, en el mundo entero, están infectadas
con el virus del SIDA y de ese total unas 27.6 millones
se infectaron en 1999.
Sin
embargo, cuando esos mismos estudios afirman que el 95% de todas
las personas infectadas vive en los países en vías
de desarrollo -todos los africanos-, y el 63% se encuentra en
África, la problemática adquiere su verdadero punto
de partida. La pandemia VIH-SIDA dice presente en
los países con una altísima deuda externa,
que dependen estructuralmente de los organismos financieros internacionales.
Principalmente, del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario
Internacional (FMI).
Según
dichos organismos, la deuda de todos los países africanos
asciende a unos 350 mil millones de dólares. Una realidad
que no tiene en cuenta los pagos ya realizados, por diferentes
modalidades, y que superan ampliamente ese monto. Que es impagable,
además. Cuando se habla de SIDA, por ejemplo, el
BM afirma que ya ha asistido con mil millones de dólares
a decenas de proyectos activos en diferentes países africanos,
desde 1986. Para la doctora Dorothy Logie, de un organismo
médico con sede en Londres, la "crisis del SIDA
prospera en la pobreza, con la desintegración social y
en la ignorancia. La deuda y los ajustes han sido instrumentales
para crear esta situación, en desmedro de la educación
y de la prevención". En otras palabras, que los países
africanos destinan sus recursos a la refinanciación de
sus deudas y no al combate directo del VIH-SIDA,
garantizando el acceso a la salud y a la educación de sus
habitantes.
Los
países africanos subsaharianos presentan el 70% de todos
los infectados con el VIH del mundo, y allí se han
producido el 83% de todas las muertes ocurridas desde 1980, unas
6 millones de personas. Desde 1980, asimismo, el 95% de los niños
que quedaron huérfanos al morir uno o sus dos progenitores
se encuentra en esta región africana. En Uganda, por ejemplo,
viven un millón 700 mil niños huérfanos.
La
pandemia VIH-SIDA toma otras dimensiones. En Zimbabwe,
el 26% de los mayores está infectado con el virus, mientras
la expectativa de vida se redujo unos 23 años. El gobierno
de ese país, según proyecciones, estima que para
el año 2005 el 60% de su presupuesto para la salud será
consumido por los estudios y en la prevención del VIH-SIDA.
En Botswana, el 25% de los mayores está infectado, en tanto
en Swazilandia, Namibia y Zambia se viven realidades prácticamente
idénticas.
Algunas
comparaciones son ilustrativas. En mayo de 2000, el secretario
general de Naciones Unidas, Kofie Annan, afirmó
desde Londres que en África han muerto más personas
de SIDA que debido a los conflictos bélicos de las
últimas décadas. Annan tomó en cuenta a Sierra
Leona, Angola, Etiopía, Eritrea, República Democrática
del Congo, Congo y Somalia.
Esta comparación, sin embargo,
da una idea muy limitada de las dimensiones de la catástrofe
que es el VIH en el África subsahariana. Si se toma
en cuenta la drástica reducción de la expectativa
de vida en la mayoría de estos países debido al
SIDA se puede concluir que, de todos los males que afectan
a esta región del mundo (pobreza endémica, hambrunas,
guerras, pandemias varias), ninguna alcanza las dimensiones de
este virus.
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